Llegamos al Perú por la ciudad de Tacna,
capital departamental, donde gracias a los Monjes Rebeldes conocimos a Alex,
miembro de Takana Riders. Él nos hospedó y nos hizo sentir como en casa.
Centro de Tacna |
Vieja estación de trenes |
Tradicionalmente esta región tiene un
importante sustrato cultural aymara; la
resistencia a la “chilenización” en la
posguerra ha sido parte importante de la identidad de la región. La Guerra del
Pacífico, también denominada Guerra del Guano y Salitre, fue un conflicto
armado acontecido entre 1879 y 1883 en el cual se enfrentaron Bolivia y Perú
como aliados contra Chile, que contaba con el respaldo político, económico y
militar de Inglaterra. El guano y el salitre eran productos naturales
codiciados para el desarrollo industrial inglés y chileno. Antes de la Guerra
del Pacífico, el Departamento de Tacna contaba con tres provincias: Tacna, Arica
y Tarata. En 1885 Chile ocupó la provincia de Tarata, la cual fue devuelta al
Perú en 1925 por resolución del árbitro Calvin Coolidge, presidente de los
Estados Unidos. En 1929 se firmó el Tratado de Lima con la mediación de Estados
Unidos, decidiendo que gran parte de la provincia de Tacna fuese devuelta al
Perú mientras que Arica y el resto quedara definitivamente en manos de Chile.
Con Roberto y Rocío, su esposa |
Ya instalados en la ciudad, nos dirigimos a
la Secretaría de Cultura en busca de información sobre la actividad teatral.
Muy amablemente nos pusieron en contacto con Roberto Palza Albarracín, con quien nos reunimos ese mismo día por
la tarde en el Teatro Orfeón, ubicado
en Urbanización Santa Cecilia Q303, donde trabaja Roberto con su grupo Deçierto Picante. El encuentro con él
fue súmamente interesante ya que nos introdujo en la idiosincrasia y
particularidad del país y de sus habitantes, y de cómo el teatro se ve
inevitablemente influenciado por ello. Cada obra de teatro o manifestación
artística, tiene algo que deja ver características de lo autóctono, de la
fuerte cultura andina. Nos contó que si bien se ha perdido mucha información,
hay pruebas de que las culturas prehispánicas desarrollaban rituales con elementos
teatrales; y que no se debe pensar el teatro occidental como la única forma de
teatralidad, sino que en estas tierras también había un desarrollo del arte
escénico con sus propias características.
Ya instalados los españoles, la capital
teatral del Virreinato del Perú era Lima, y las compañías teatrales europeas
pasaban obligatoriamente por Tacna en sus giras, haciendo de esta ciudad un
sitio en donde se veía teatro. Juan José de los Santos Casacuberta, emblemático
actor argentino del siglo XIX, vivió unos años en Tacna, donde se casó y tuvo
un hijo.
El Teatro Orfeón fue fundado en 1848, es un
teatro de cámara que recoge elementos de coliseo y se lo conoce como teatro de
la resistencia, donde también funcionó previamente el llamado “Corral de
Comedias”. El grupo Deçierto Picante alquila este tradicional teatro para sus
entrenamientos y puestas en escena, y lleva 15 años trabajando. Cuentan con 100
sillas para los espectadores, y brindan aproximadamente 70 funciones por años,
generando 2 o 3 espectáculos, con un costo de entradas de 5 soles para niños y
7 para adultos. Roberto se formó en Lima, con el grupo “4 Tablas”, y nos
explica que el nombre Deçierto Picante se debe al desierto en donde está
ubicado Tacna y al característico picante de las comidas peruanas; en cuanto al
uso de “ç”, manifiesta que hace alusión a la búsqueda de un lenguaje propio. Se
caracteriza por tratarse de un trabajo colectivo, independiente y
autofinanciado. Durante el verano ofrecen talleres artísticos, y también
diferentes servicios para sostener la actividad.
En el Perú sólo hay tres escuelas de teatro
oficiales: en Lima, en Tacna y en Trujillo. La escuela de Tacna es dirigida por
Roberto, y lleva unos pocos años funcionando. Nos cuenta que por estos tiempos
no hay una cultura del teatro muy desarrollada, pero que existen algunos grupos
independientes además del suyo, y que su idea con la escuela es generar
lentamente un interés en la ciudadanía tacneña.
Roberto en la clase |
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