En
el emblemático barrio de Boedo funciona el Espacio
Teatral Boedo XXI (http://teatroboedoxxi.blogspot.com.ar/) ubicado sobre
la avenida que lleva el nombre del barrio, casi esquina del Pasaje San Ignacio.
En las inmediaciones de la sala se pueden encontrar más espacios teatrales,
mucha oferta gastronómica, además de ser una zona comercial que genera
movimiento permanentemente. Al ser un barrio histórico, pintoresco, y con una
actividad cultural muy importante, el turismo se siente atraído generando
muchas visitas de extranjeros.
La
sala fue inaugurada en agosto de 2001 por Héctor González, quien fallece un año
y medio después, quedando a cargo de su esposa, “Titina”.
El espacio está
habilitado desde su inauguración, y tiene una capacidad para 62 espectadores.
Dentro de la sala funciona la biblioteca del barrio, fundada por la Junta de Estudios Históricos
del Barrio de Boedo, consultada por estudiantes de diferentes universidades, y
por estudiosos e investigadores de la historia del barrio.
Titina
llegó a Argentina en un barco proveniente de Italia a los 8 años.
En
1960 se inscribió para tomar clases de actuación en el Teatro Los
Independientes, actual Teatro Payró, ubicado en la calle San Martín casi
esquina Córdoba.
En
la década del 50´ fuerzas de ultra derecha ingresaron a la sala durante una
función de una obra con supuesta tendencia de izquierda, interrumpiendo
abruptamente a los tiros hacia el escenario, hiriendo en una pierna a uno de
los actores. En aquella época una parte de la sociedad condenaba las
actividades culturales por ser consideradas de izquierda. Como contexto
histórico, es importante mencionar que en el año 1955, durante la segunda
presidencia constitucional de Juan Domingo Perón, y tras varios intentos, tuvo
lugar la dictadura cívico militar denominada Revolución Libertadora. En el año
58´ es electo presidente Arturo Frondizi, pero derrocado en 1962 por otro golpe
de estado.
En
medio de este clima social, Titina ingresa al Teatro Los Independientes tras
una entrevista de admisión. Comenzó a tomar clases de: actuación con Onofre
Lovero, expresión corporal con Haydée Padilla, foniatría con Mario Claverie, y música
con Fito Reinisin. Todos personajes marcados en su memoria.
Allí
conoció a quien sería su esposo, Héctor González. Trabajaron juntos con el
grupo del teatro durante todo su noviazgo. Recuerda que formaron parte del
elenco de “El Hamlet del barrio judío”, y de participar en el Festival de
Teatro Infantil de Necochea en el año 1967.
Decidieron
casarse, y con ello dejar el teatro, prometiéndose que alguna vez volverían.
Pasó el tiempo, y en el año 2001 Héctor conoció el espacio en el que hoy
funciona Boedo XXI. Era una casa antigua que había estado tomada, y se encontraba deteriorada. Así que
convencido en retomar la actividad teatral, Héctor invirtió dinero en la
reforma del espacio y en el armado del mismo como sala de teatro. Lentamente
algunos amigos se fueron uniendo al proyecto, y comenzaron a circular en la
sala diferentes obras, hasta el día de la fecha.
Actualmente
Boedo XXI funciona no sólo como sala de teatro para las obras, sino también
como espacio donde se dictan talleres de actuación, dramaturgia, comedia
musical, y también como sala de ensayo.
Una
de las obras en cartel durante el 2013 (de marzo a noviembre), fue “Los
Mejores, la hora de la verdad”. La obra está planteada a dos frentes, y la
escenografía remite al living de una casa. El diseño de luces propone generar
climas intensos muy bien logrados.
Todo
comienza con el ingreso de dos policías a una supuesta escena de un crimen. En
este espacio se verá el vínculo de estos especialistas en
investigación, sus virtudes y sus miserias, su actualidad y su pasado, su vida
profesional mezclada con lo personal. La propuesta apunta a generar varias
sensaciones en los espectadores vinculadas con mantener despiertos todos sus
sentidos.
Rubén de la Torre es el director de la obra. Actúan
Jorge Vigetti, Rodolfo Stoessel, Anabella Blanco, y como reemplazo femenino
Analía Marcolini.
Rubén aspira a una estética cinematográfica, y sus dos obras
escritas y dirigidas (la anterior se llamaba “Los Asesinos de Ramírez”),
proponen suspenso y un teatro que busca entretener manteniendo atento y
atrapado al espectador.
La obra se terminó de escribir y en noviembre de 2012 comenzaron los ensayos con los dos
actores masculinos. Luego incorporaron una actriz, y su reemplazo.
Fabio
tuvo participación en el proyecto como técnico de luces.
Rubén
de la Torre es
de Bahía Blanca. Vive en la
Ciudad de Buenos Aires desde el año 1998, donde continuó su
formación artística ya iniciada en Bahía.
Rubén
cuenta con mucha satisfacción que después de tantos años de trabajo intenso y
sacrificado, puede vivir de lo que ama: escribir y dirigir sus obras; dar
clases de actuación; actuar en televisión, cine y publicidades.
A
los 23 años estuvo de gira con una obra gestada en Bahía Blanca, participando de varios festivales de teatro en
Ecuador, Puerto Rico y Cuba. La gira duró un mes y medio, trabajando en una
enorme cantidad de salas. “Fue muy notoria la diferencia entre Puerto Rico y
Cuba. Dos islas que vivían realidades opuestas: Puerto Rico era como estar en
Estados Unidos, nos llevaban y traían en autos lujosos y las salas estaban muy
equipadas; en Cuba todo era como un viaje en el tiempo: la consola medía metros
y sólo funcionaban unas pocas partes, su último mantenimiento había sido en la
década del 60´. En una sala de La
Habana, se operaban las luces en un extremo y el sonido en
otro, por lo que yo tenía que correr de lado a lado para darle los pies a los
dos asistentes que tenía la sala”, cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario