Nos encontramos en
Rafaela, una ciudad grande, con una población de alrededor de 100.000
habitantes. El real desarrollo del campo y el permanente crecimiento industrial
de envergadura, dan a la ciudad un gran poder
adquisitivo.
Los rafaelinos
cuentan con una variada cantidad de espacios culturales gestionados por el
municipio, como el Cine Teatro Belgrano, La sociedad Italiana, el museo
histórico, el museo de bellas artes y fotografía; y está en construcción un
gran espacio en el ex mercado de la ciudad, donde tendrán lugar aulas destinadas
a la formación en distintas disciplinas, como taller de cerámica, la escuela de
música, de danza, y una nueva escuela de actuación que otorgará un título
avalado por el municipio. Marcelo
Allasino, actual secretario de cultura de la ciudad, nos recibió amablemente
y nos mostró en una recorrida estos espacios, además contó con mucho entusiasmo
el desarrollo del ambicioso proyecto en el antiguo mercado, orgulloso de
integrar en un solo espacio diferentes actividades artísticas.
Proyecto en construccion. PH Sofia Rothman. |
Más
alejado del centro de la ciudad, se encuentra un espacio artístico de
integración social, “Estación Esperanza”,
hoy sobre la calle Intendente Giménez 950. Si bien su actividad principal
actual no es el teatro, queremos hablar de este espacio donde el arte es una
herramienta integradora para el trabajo social que ellos realizan de una forma
independiente y autogestionada.
El lugar es un viejo galpón intervenido con
pinturas y dibujos tanto por dentro como por fuera, y cuenta con un pequeño
escenario. Su actividad más pujante es la murga, donde participan unas 40 personas,
en su mayoría de los barrios más vulnerables. Hugo Acuña nos recibió con gran cordialidad en la sala en medio de
una reunión que desarrollaban junto con varios integrantes del grupo. Dentro de
otras cuestiones, debatían y realizaban un trabajo intenso en apoyo a un barrio
marginado de la periferia, que existe desde hace unos años, y que carece de
agua potable para abastecer a las familias que allí habitan, sin respuesta de
las autoridades.
Un amigo de la casa. |
En estas injusticias basan su trabajo con esfuerzo y mucho
compromiso social. Ellos dicen que les cuesta mantener un taller estable, ya
sea de teatro, circo, percusión o cualquiera sea la actividad, debido a la
deserción de los chicos con los que trabajan, quienes padecen necesidades más
básicas que el arte, y que son ellos quienes deben acercarse a los barrios con
el fin de transmitir sus propuestas y actividades, todas gratuitas. Cuenta Hugo
que con el paso del tiempo felizmente los vecinos fueron de a poco acercándose
al lugar, mérito del compromiso con el trabajo, y gracias a la aceptación de
todos celebran en esa misma calle un corso autogestionado con varios grupos de
murga.
El galpón desde adentro. |
El
grupo trabaja intensamente en mantener la memoria
viva, y en lucha por que se haga justicia en el caso de Silvia Suppo, quien fue detenida el 24 de mayo de 1977 en Rafaela,
su ciudad natal, y trasladada a Santa Fe, violada y torturada durante la última
dictadura cívico-militar; luego de declarar en la causa por delitos de lesa
humanidad en 2009 contra el ex juez federal Victor Brusa y otros cinco
represores, fue asesinada a puñaladas en su propio negocio en Rafaela. Otro
caso lamentable y que cobra similitud con el de Jorge Julio López, que después de
siete años sigue desaparecido en democracia.
“La Máscara” es
otra sala independiente de Rafaela, dirigida por Gustavo Mondino, a quien no logramos
contactar. Cuando visitamos el espacio, ubicado en la calle Constitución 250,
la persona que nos recibió nos brindó un libro en donde se cuenta la historia
del grupo que allí funciona, el grupo Punto T/La Máscara, que trabaja desde
hace 20 años. Por intermedio de un gran amigo, antiguo integrante del grupo,
Gerardo Gerez, sabemos que el trabajo de ellos es directamente dedicado a la
profesionalización y el desarrollo de producciones teatrales. No tuvimos la
oportunidad de ahondar más en el trabajo que realizan, igualmente pudimos ver
en uno de sus carteles del hall de entrada varias gráficas de sus obras, y un gran
panel con el nombre de importantes empresas privadas que apoyan el trabajo de
la sala.
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